miércoles, 23 de abril de 2025

Lenin y el socialismo

¿Sigue Lenin y sus ideas interpelando a la Cuba de hoy?

En la emisión especial de Mesa Redonda del 22 de abril, dedicada a "Lenin y el socialismo" en el 155 aniversario del nacimiento de Lenin, ofreció una exposición multidisciplinar que rehuyó de lugares comunes, vulgarizantes, para pasar a situar a Lenin como lo que sigue siendo en rigor: un laboratorio vivo de pensamiento político. No como figura de culto, sino como un sistema abierto de ideas cuya vigencia no reside en la cita automática, sino en su capacidad para dar luz procesos históricos concretos y para intervenir estratégicamente sobre ellos.

La intervención de la investigadora del Instituto de Filosofía de Cuba y Vicepresidenta de la Academia de Ciencias, Olga Fernández Ríos recupera la actualidad del concepto leninista de imperialismo. Lejos de estar superado por la historia, ese concepto puede —y debe— leerse hoy con lo que llamó “gafas de silicio”. El viejo binomio de capital financiero e industrial, explicó, se ha transformado en una triada de plataformas tecnológicas, fondos de inversión y poder militar, que reproducen con mayor sofisticación la lógica de concentración que Lenin diagnosticó en 1916. Esta caracterización no es meramente retórica: permite una lectura articulada del presente, donde las sanciones, los bloqueos financieros y las guerras híbridas no aparecen como fenómenos aislados, sino como estrategias estructurales del capitalismo digital-financiero en su fase actual.

Desde una perspectiva complementaria, el economista Ayuban Gutiérrez Quintanilla abordó el mismo problema desde el ángulo de la economía política, mostrando cómo la forma actual del imperialismo se expresa también en los sistemas fiscales y comerciales. Señaló que la extracción de valor en la periferia ya no ocurre solo a través de bienes primarios, sino por la vía de la apropiación de datos, rentas financieras y lógicas de subordinación tecnológica. En este sentido, propuso pensar la soberanía no solo en términos productivos, sino también en clave fiscal, monetaria y cognitiva.

La compañera Marxlenin Valdés, profesora de marxismo, llevó el análisis a un nivel filosófico y metodológico más profundo, reivindicando el principio leninista del análisis concreto de la situación concreta como antídoto contra el dogmatismo. “Lenin no es una reliquia”, afirmó, “es una brújula que demuestra que sin teoría revolucionaria no hay práctica transformadora, y sin práctica, la teoría se fosiliza”. Lejos de la liturgia apologética, estructuró toda su intervención: Lenin, dijo, no nos lega un recetario, sino una epistemología militante, una lógica dialéctica que exige confrontar cada coyuntura histórica con instrumentos teóricos capaces de interpretarla, tensionarla y transformarla.

Fue particularmente lúcida su defensa de la democracia socialista, entendida no como una forma degenerada de la democracia liberal, sino como su superación cualitativa. La “dictadura del proletariado”, en su formulación original, no es negación de derechos sino afirmación de una democracia de los productores, de quienes sostienen materialmente la vida. En este sentido, Pérez Valdés insistió en que los socialismos del siglo XXI, si quieren tener horizonte estratégico, deben reactivar no solo sus formas institucionales, sino sus mecanismos de participación crítica, control popular y deliberación consciente.

La discusión abordó también la cuestión cultural con especial agudeza. Tanto Fernández como Pérez Valdés coincidieron en señalar que Lenin comprendió tempranamente que la hegemonía no es solo política o económica, sino también simbólica y cognitiva. En un entorno dominado por plataformas que fabrican realidad, viralizan odio y erosionan vínculos sociales, defender la revolución pasa también por disputar el sentido común, la sensibilidad y los lenguajes. “Lenin entendió que sin hegemonía cultural no hay revolución que resista”, afirmó Pérez Valdés. Y en efecto: la prensa revolucionaria, la pedagogía crítica, la producción simbólica emancipadora siguen siendo herramientas fundamentales para enfrentar la nueva barbarie: una barbarie digital, emocional, espectacularizada, pero no por eso menos efectiva.

En uno de los momentos más consistentes del programa, Gutiérrez añadió que esta nueva forma de opresión simbólica no es un epifenómeno cultural, sino que tiene base material: los modelos de negocio de las grandes plataformas, su lógica algorítmica y su poder de concentración condicionan estructuralmente las formas de interacción, percepción y subjetivación. Por ello, afirmó, la disputa cultural no puede desvincularse de la crítica política de la economía, ni del diseño institucional de políticas de soberanía digital.

Lenin no es una herencia muerta, es un instrumento activo para pensar problemas contemporáneos: “Interpretar el capitalismo de silicio, diseñar un socialismo creativo y combatir la barbarie cultural: para todo eso, Lenin sigue en el laboratorio”.

Espacios como este programa de Mesa Redonda, infrecuentes pero necesarios, no celebran a Lenin como mito, sino que lo reinstalan como teórico del conflicto, estratega del presente, filósofo de la praxis. Desde una perspectiva materialista, histórica y crítica, es precisamente ahí —en esa capacidad de volver a activar conceptos, de hacerlos trabajar sobre lo real— donde radica el valor de su pensamiento. Y es ahí desde donde hoy debemos seguir leyéndolo.

miércoles, 10 de abril de 2024

Guerra y terrorismo global: el laberinto ucraniano




En un giro inesperado de los hechos, la reciente masacre en la Sala de Conciertos Crocus de Moscú ha desatado una oleada especulativa y de propaganda en los medios de comunicación, y que resulta imposible disociar del contexto bélico mundial y, en particular, de la operación de Estados Unidos y la OTAN en Ucrania. Lo que en un primer lugar señalaba al Estado Islámico-ISIS como el único responsable, un análisis más detallado y la revelación de pruebas en los días consiguientes ha mostrado serias inconsistencias y agendas internacionales ocultas que merecen ser examinadas detenidamente.

¿Qué sucedio? El ataque terrorista ocurrió en la Sala de Conciertos Crocus en Moscú, con varios perpetradores implicados. Los métodos y la ejecución del ataque generaron un debate sobre los verdaderos responsables y las motivaciones detrás de los atentados. Sorprendentemente, y con unas declaraciones que no tenían lugar en aquel momento un portavoz estadounidense rápidamente descartó la implicación de Ucrania, enfocando la atención exclusivamente en el ISIS. Es inusual que los servicios de inteligencia se pronuncien tan rápidamente. Tan solo 55 minutos después del ataque, ya se descartaba la implicación de Ucrania. ¿Qué sabían ellos que nosotros no? La reacción inmediata de Estados Unidos post-atentado, en particular la solicitud hecha por John Kirby, portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos, resulta intrigante. Kirby instó a que no se establecieran vínculos entre el régimen de Kiev y el atentado. Esta afirmación inusualmente rápida por parte de las agencias de inteligencia occidentales hacía sospechar, con una increíble torpeza, dudas significativas sobre las motivaciones y certezas subyacentes al atentado.  ¿Por qué la urgencia de desvincular a Kiev? ¿Qué implicaciones ha tenido esta solicitud para la narrativa global del incidente y las relaciones internacionales? Lo que llama la atención es la advertencia emitida por EE.UU. algunas semanas antes del ataque, donde alertaban a sus ciudadanos sobre la posibilidad de un evento terrorista en la región. Pero, ¿qué sabían realmente y cuál era la base de tal advertencia?

El Estado Islámico o ISIS, es conocido por operar en un eje que va desde Turquía hasta Irán, y hasta la fecha nunca había mostrado un interés particular en Rusia, centrándose fundamentalmente sobre los Talibán y operaciones en Irán. El ISIS se ha extendido como una 'ratonera' desde Afganistán. La ausencia de un interés claro y distinto sobre Rusia por parte del ISIS sugiere que los hechos son más turbios de lo que en un primer lugar, o algunos mensajes en la red social X, pudieran apuntar.

En su intervención a la nación tras los atentados, Vladimir Putin reveló que se habían detenido a 11 individuos, incluyendo cuatro de los atacantes que intentaban huir hacia Ucrania. Según la información preliminar, parece que había una "ventana" planeada en la frontera ucraniana para facilitar su escape. Esto, sin duda, abre un nuevo capítulo en la investigación de estos atroces actos.

Lo más intrigante es el perfil de los autores detenidos. Los detalles sugieren que son mercenarios y no ideólogos.A diferencia de los seguidores ideológicos del ISIS, que buscan el martirio, estos individuos parecían más interesados en escapar que en continuar la matanza, un patrón atípico para las operaciones del ISIS, donde los atacantes suelen continuar hasta ser abatidos . Esto refuerza la hipótesis de que podría tratarse de mercenarios, movidos más por incentivos financieros que por convicciones ideológicas. Al abordar las complejidades del terrorismo internacional, es crucial examinar la interacción entre diversos grupos y actores geopolíticos y, en particular, la conexión entre ISIS y Ucrania. Varios Informes y cables filtrados apuntan sólidamente a que miembros de ISIS han participado en la guerra en Ucrania frente a Rusia. Un ejemplo destacado es Abdulkhakim Shishani (Abdulkakim Sisani), de origen georgiano, quien ha estado en Ucrania y se le atribuye ser el nexo entre la Dirección Principal de Inteligencia del Ministerio de Defensa de Ucrania y grupos islamistas radicales que lideraba en Siria. Existen amplia documentación recabada a lo largo de los años que detalla que, en ciertos contextos, ISIS ha actuado más como un grupo de mercenarios que como un ejército yihadista tradicional. 

Esta perspectiva sugiere que sus acciones podrían estar más alineadas con intereses de agencias de inteligencia externas, como la CIA, que con los preceptos religiosos de Alá y Mahoma. Hay que recordar aquellas declaraciones de Hillary Clinton, Secretaria de Estado de Barack Obama, en las que reconocía que la autoría de la creación de Al Quaeda era EEUU. Esas declaraciones son la base de aquel famoso discurso de Donald Trump en 2016 en las que acusaba directamente a Obama y Clinton de estar detrás de la creación del ISIS.

De este modo, se abre un nuevo escenario, sabemos quiénes ejecutaron el atentado, pero la pregunta clave sigue siendo: ¿Quién está detrás del ataque terrorista en Moscú en el que murieron más de 140 ciudadanos?

Aquí entra en juego la geopolítica. La insistencia de Occidente en atribuir el ataque únicamente al ISIS, incluso antes de que la investigación rusa avanzase, sugiere una posible operación cuyo objeto era desviar la atención y de controlar la narrativa antes de que aflorasen las pruebas y se desvelase la materialidad de los hechos. El Global Times de Pekín apunta quirúrgicamente a las implicaciones geopolíticas de tal acusación, sugiriendo que reconocer la implicación de Ucrania podría disminuir el apoyo a Kiev, lo cual sería un golpe significativo para las ambiciones de la Estados Unidos y la OTAN en la región, y sus lacayos en la Unión Europea, que como bien apunta el Global Times ha perdido autonomía estratégica y haciéndola dependiente de la agenda exterior de Estados Unidos.

Al margen del grado de implicación, la participación de elementos nacionalistas ucranianos, como el batallón nazifascista Azov, así como de militantes del ISIS o la simple contratación de mercenarios, en todos estos escenarios existe un nexo o hilo conductor común que apunta hacia la participación, directa o indirecta, de Ucrania y, por extensión, ciertas agencias de inteligencia occidentales, como la CIA y el MI6.

Este ataque terrorista se produce en un momento crítico para Ucrania, que se encuentra literalmente sin posibilidad alguna de hacer frente a Rusia, y máxime desde el inicio del genocidio tácito de Israel al pueblo palestino, que supone la redirección de las remesas armamentísticas hacia Israel que antes iban destinadas a Ucrania, y pocos días más tarde de la victoria electoral aplastante de Vladimir Putin que pone fin a las esperanzas occidentales de una fracción en la unidad social del pueblo Ruso. 

La 'Operación Ucrania' se ha convertido en un eje central para la UE, representando sus valores frente a lo que consideran veladamente la 'horda bárbara' de Rusia. Pero este ataque pone en tela de juicio la narrativa occidental y con serias implicaciones, tanto en términos de relaciones internacionales como de seguridad interna. Y es que el caso de la Sala de Conciertos Crocus pone en evidencia las vulnerabilidades de la Unión Eeuropea  y pone en duda su soberanía en materia de seguridad y política exterior. Este atentado debe ser un catalizador para reexaminar y redefinir la autonomía estratégica de Europa. 

Mientras las investigaciones continúan, el atentado en Moscú no solo es un trágico recordatorio de la fragilidad de la paz, en un contexto de rápida escalada bélica por parte de los gobiernos europeos, sino también un complejo rompecabezas geopolítico. Lo que parece ser una clara atribución a un grupo terrorista conocido se convierte, bajo un escrutinio más riguroso, en un laberinto de intrigas políticas y agendas cada vez más ocultas. En estos últimos días, casualmente EEUU reflota los supuestos ataques sónicos contra  Estados Unidos en La Habana acusando, como no, a Rusia y, por extensión, de que Cuba está al servicio de Vladimir Putin. Como bien apuntaba Johana Tablada no existe tal ataque o llamado “síndrome de La Habana”, lo que sí existe verdaderamente es el síndrome de Washington, un síndrome que hay que ir a buscar en la oficina del senador Marco Rubio.

Es fundamental, en el marco actual de las guerras cognitivas y de relato de nuestro presente cuestionar las narrativas facilonas, y pasar de ser sujetos pacientes de la información a comprometernos con la información y al análisis multicapa que supone. geopolítica contemporánea. Vivimos en un tablero de ajedrez, y una vez más, parece que somos los peones.

lunes, 1 de abril de 2024

Patria: de las armas de la lógica a la lógica de las armas


De las armas de la lógica a la lógica de las armas. Este es el sentir y el acuerdo central que emana de la tercera edición del coloquio internacional Patria. Con más de 200 participantes internacionales provenientes de 31 países, Patria alcanza su madurez y mayoría de edad. Si en su primera edición hablábamos de iniciar la articulación global de proyectos, experiencias y estrategias que, si bien resultan distintas, no son distantes con el objetivo de hacer frente a los modelos de comunicación unánime y dominante que suponen la continuación de la guerra por otros medios, y en el segundo coloquio supuso la consolidación de dicha articulación, esta última edición cristaliza el paso de articular los análisis y voluntades a organizar personas, estructuras e instrumentos para hacer frente a la guerra cognitiva a nivel global. De las “palabras” a los hechos, porque las ideas, sin organización, no tienen vida. Hoy, en el contexto mundial de guerras híbridas, esto supone, como apuntaba Marx, pasar del idealismo al materialismo, transitar de las armas de la lógica a la lógica de las armas, de organizar los instrumentos necesarios para enfrentar la guerra al imperialismo cognitivo.

Durante el encuentro de las delegaciones internacionales con el Presidente de Cuba, Díaz Canel realizó el llamado a que el Coloquio Internacional Patria diera un paso de la realización de un evento anual al establecimiento de una coordinación estable que se encargue de dar cuerpo y desarrollar los acuerdos alcanzados, así como la tarea de dotar de estructura sostenida y permanente que permita hacer frente al avance de las derechas y las derechas extremas en el mundo. Como dijera la directora general del Coloquio en 2022, Rosa Miriam Elizalde, los pueblos aprenden a defenderse luchando.

Como apuntaba el Presidente de Casa de las Américas, Abel Prieto, en su conferencia inaugural, hoy nos preparamos para “otro asalto a la razón”, no guiados por Schelling ni por ningún filósofo irracionalista, sino por una industria del entretenimiento que fomenta en los receptores una adicción invencible por los estereotipos y las fábulas triviales, por el impacto abrumador de las redes digitales, por la fragmentación de los mensajes, por la invasión arrolladora de la cultura basura.

El informe McBride, bajo el lema “un solo mundo, voces múltiples”, convocaba a la construcción colectiva de nuevas herramientas que nos permitieran hacer frente a los problemas y conflictos de nuestro presente, por la paz y el desarrollo de los pueblos. Lo que dicho informe avanzaba hace casi medio siglo hoy es una realidad patente: que el desarrollo científico y tecnológico no puede ser comprendido al margen de sus condiciones de producción e implantación, y que las premisas hegemónicas que orientan la investigación científica y la innovación tecnológica ya no solo se apropian del trabajo y de los seres humanos como una mercancía en sí misma, sino que se expanden apropiándose de todos los espacios de la vida más allá del trabajo, como el ocio y el entretenimiento, y perfeccionando los sistemas de dominación de forma nunca antes vista. Las derechas y sus nuevas articulaciones extremas avanzan implantando los esquemas ideológicos del individualismo, homogeneizando la diversidad cultural, aplastando las identidades históricas y quebrando la solidaridad entre los pueblos y las personas con el objetivo estratégico de someter la soberanía política, económica y social de nuestros estados y naciones.

En su declaración final, los participantes en Patria anunciaban la firme convicción de que la práctica y la articulación política de nuestro presente atraviesan un proceso de rápida y acelerada transformación que nos obliga a adaptar nuestras concepciones y dotarnos de nuestras propias herramientas para hacer de nuestra práctica política un instrumento eficaz para la construcción de un mundo más justo. Asimismo, la declaración recogía que “Los incipientes desarrollos en las tecnologías de las inteligencias artificiales permiten, a través de sistemas automatizados de aprendizaje, producir formas de conocimiento inéditas en la historia de la humanidad, pero también se pueden convertir en peligrosos instrumentos que transforman drásticamente la percepción e intervención sobre la construcción del mundo nuevo que queremos.

Desde las tradiciones políticas populares y de izquierda, nos proponemos incorporar análisis y estrategias que permitan hacer frente a este momento histórico. Una de las condiciones necesarias para avanzar en este camino es abandonar una mirada instrumental de las tecnologías, para pasar a concebirlas como parte del espacio político mismo, disruptivas, pero pobladas de posibilidades emancipatorias.”

Por último, el 3er Coloquio Internacional Patria asumió como tareas ineludibles:

  • Impulsar un espacio permanente de articulación, formación, desarrollo de tecnologías y comunicación compartidas, que nos dote de herramientas adecuadas para frenar el avance de las nuevas derechas en Nuestra América y en el mundo.
  • Enfrentar el papel subordinado en la división global del trabajo controlada por las grandes tecnológicas. Nos manifestamos contra la extracción y uso ilegal de datos de nuestros pueblos y su concentración en oligopolios digitales. Frente a la privatización: soberanía tecnológica bajo control público y al servicio de los pueblos.
  • Denunciar el uso y desarrollo de tecnologías aplicadas a la guerra cognitiva, que no son otra cosa que la continuación de la guerra de siempre por otros medios: herramientas de la inteligencia artificial, ciencias cognitivas, guerra cibernética y neuroarmas.
  • Continuar la lucha por la liberación incondicional e inmediata de Julian Assange y de Pablo González, encarcelados en Europa por haber ejercido con rigor el deber de informar.
  • Condenar firmemente el genocidio del pueblo palestino, cuya potencia ocupante, la entidad sionista, utiliza las técnicas más avanzadas de las nuevas tecnologías para maximizar el exterminio y justificar comunicativamente su política criminal permanente.
  • Reafirmar nuestro compromiso con la denuncia del bloqueo estadounidense contra Cuba que hackea la soberanía tecnológica e impide desarrollar plenamente las capacidades económicas, productivas y creativas del país. Un bloqueo que intenta condenar al sufrimiento a todo un pueblo y es una vergüenza para la humanidad.

Con la presencia de más de 200 participantes de 31 países, que representan a cuatro continentes del mundo, Patria hace suyas las palabras del Héroe Nacional de Cuba, José Martí: Patria es Humanidad, y nos organizamos no ya para defendernos, sino para pasar a la ofensiva: de las armas de la lógica a la lógica de las armas.


Este artículo ha sido publicado también por los y las compañeras de Cubainformación y Cubadebate

lunes, 29 de enero de 2024

2024 el desafio del viaje de un país hacia su sueño





El Gobierno de Cuba enfrenta varios retos y desafíos para el año 2024, tanto en el ámbito nacional como en el internacional. Uno de los retos más importantes es el impacto del bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Estados Unidos desde hace más de seis décadas. Este bloqueo ha limitado el acceso de Cuba a mercados, tecnologías, inversiones y créditos, afectando su desarrollo y bienestar. Además, el bloqueo ha sido reforzado por la administración de Donald Trump, que aplicó más de 240 medidas coercitivas contra la isla, incluyendo la activación del Título III de la Ley Helms-Burton, que permite demandar a empresas extranjeras que operen en propiedades nacionalizadas por la Revolución Cubana.

Ante esta situación, el Gobierno de Cuba ha buscado diversificar sus relaciones económicas y comerciales con otros países y regiones, como China, Rusia, la Unión Europea, América Latina y el Caribe. Asimismo, ha impulsado la actualización de su modelo económico y social, basado en los principios de soberanía, justicia social y solidaridad. La implementación de las reformas económicas y sociales anunciadas para 2024 por el presidente Miguel Díaz-Canel buscan aumentar la productividad, la eficiencia y la diversificación de la economía cubana - , que se ha visto afectada por la crisis sanitaria mundial, el endurecimiento del bloqueo estadounidense, la caída del turismo y la escalada bélica internacional – así como la inserción efectiva de las formas de gestión económica no estatal en la economía nacional y su integración en la empresa estatal, prestando especial atención a aquellas áreas que aporten soluciones al desarrollo económico y social nacional. Son reformas que se enmarcan en los principios del socialismo y la soberanía nacional y que representan un paso importante en el proceso de actualización del modelo económico y social cubano, que se inició en 2011 con los Lineamientos aprobados por el VI Congreso del Partido Comunista de Cuba y que tienen como desafío hacer frente a la tendencia inflacionista de los mercados internacionales pero que afectan en lo inmediato a las condiciones de vida de la población.

Entre las medidas más destacadas, se encuentran:
  • La limitación del enfoque ”igualitarista” del sistema de ayudas sociales por un sistema de protección social más “igualitario” más focalizado y eficiente que evite el destino de recursos menguantes hacia colectivos menos necesitados y permita redirigirlos a colectectivos y grupos sociales más afectados por la crisis económica – nacional e internacional -. O dicho de otro modo: de cada cual según sus capacidades, a cada cual según sus necesidades. De esta forma se busca estimular el trabajo socialmente productivo, reducir el gasto público y el déficit fiscal, y mejorar y profundizar en la redistribución de la riqueza.
  • La ampliación del sector no estatal, que incluye a los trabajadores por cuenta propia, las cooperativas no agropecuarias, las pequeñas y medianas empresas por cuenta autónoma así como las formas de gestión mixta. El Gobierno impulsa así la incorporación efectiva de los sectores económicos no estatales en las estrategias de desarrollo económico del país, donde la empresa estatal socialista tiene aún mucho que hacer para ocupar en el lugar que le corresponde como acto fundamental de la economía cubana. El impulso a la pequeña y mediana empresa de iniciativa pública es concebida como una forma de gestión y producción de la estructura económica y social del Estado, como una forma de gestión estatal que también es socialista y que persigue diversificar las fuentes de empleo e ingresos, incentivar la iniciativa cooperativista y popular y la innovación, y aumentar la oferta de bienes y servicios para el conjunto de la población.
  • La descentralización de la gestión económica, que implica otorgar mayor autonomía a las empresas estatales, las cooperativas agropecuarias y las entidades locales. Esta medida busca mejorar la eficiencia y la competitividad de las unidades productivas, fomentar la participación democrática y el desarrollo local, y facilitar la articulación entre los diferentes actores económicos.
Estos retos y desafíos requieren de una respuesta integral y coherente por parte del Gobierno de Cuba, que tenga en cuenta las necesidades y demandas de la población pero que también cuente con la participación y vertebración de los diferentes agentes económicos y sociales de país, junto a las organizaciones políticas y sindicales en un permanente diálogo con el conjunto de los sectores de la sociedad cubana para hacer frente a esta época de incertidumbre sin fecha de caducidad. Para ello el Gobierno de Cuba cuenta con el apoyo y la confianza – refrendada en las urnas hace menos de un año - de la población cubana, así como con la solidaridad y la cooperación de otros países y organizaciones internacionales para impulsar el desarrollo sostenible e inclusivo del país, el aprovechamiento de sus potencialidades y recursos, y consolidar el compromiso histórico de una nueva generación al frente del país con los principios de la Revolución Cubana, que han guiado el proceso de construcción del socialismo en Cuba durante 65 años.

Sin embargo, el Gobierno de Cuba también enfrenta amenazas a su seguridad y estabilidad por parte de los sectores más hostiles y reaccionarios que buscan desestabilizar el orden constitucional e imponer un cambio teledirigido en la forma de organización política y social de la que Cuba se ha dotado. Estos sectores cuentan con el apoyo financiero y mediático de Estados Unidos y sus aliados, que han impulsado campañas de desinformación y manipulación con el auxilio de las plataformas digitales, redes sociales, y el uso de tecnologías de big data y las incipientes “inteligencias artificiales”. Estas campañas han intentado generar una matriz de opinión negativa sobre Cuba, presentándola como un país violador de los derechos humanos, aislado e inviable. Frente a estas agresiones, el Gobierno de Cuba ha reafirmado su voluntad de diálogo respetuoso y constructivo con todos los actores internacionales que reconozcan su soberanía e independencia y al mismo tiempo, ha denunciado las acciones injerencistas e ilegales que pretenden socavar su legitimidad y su proyecto socialista, que cuenta con el apoyo mayoritario de la comunidad internacional, que cada año respalda en la Asamblea General de las Naciones Unidas la resolución que exige el fin del bloqueo y la política injerencista estadounidense contra Cuba.

Cuba tiene ante sí un escenario internacional complejo y desafiante – la conomía global va camino a su peor desempeño en tres décadas - pero también lleno de oportunidades para fortalecer sus vínculos con el mundo y avanzar en su desarrollo económico, social y sostenible. Para ello, cuenta con sus propias fortalezas y capacidades demostradas por el proyecto revolucionario, con el respaldo popular y con la solidaridad de los pueblos hermanos, pero sobre todo, cuenta con la convicción de que pese al genocida bloqueo, la guerra subversiva y el terrorismo que el pueblo de Cuba ha enfrentado, continuará con el empeño de continuar construyendo un modelo de sociedad socialista sostenible, de igualdad de derechos y justicia social, como la que soñaron los heroicos combatientes que acompañaron a Fidel Castro en la Caravana de la Victoria, el viaje de un país hacia su sueño.