domingo, 6 de julio de 2008

La Fundación de Investigaciones Marxistas Horacio Fernández Inguanzo cumple 10 años





Desde el momento mismo de su constitución, la Fundación Horacio Fernández Inguanzo ha tenido como objetivo estratégico la construcción de una cultura crítica, políticamente implantada y que toma partido ante los distintos fenómenos del presente. Este es uno de los rasgos más definitorios de toda la tradición marxista: prestar atención a las contradicciones del mundo y tratar de sistematizarlas como un paso previo y necesario a la hora de tomar decisiones estratégicas. Parece claro, además, que quien debe tomar esas decisiones es, en nuestro caso, el Partido Comunista de Asturias que en su día eligió a Horacio el Paisano como su referente. 

Lo hizo por su calidad de marxista involucrado en la lucha por el establecimiento de las condiciones necesarias y suficientes para la transformación social; en calidad también de marxista consecuente que no puede aspirar a una utópica dominación de las fuerzas destructivas del mercado sin modificar hondamente las coordenadas analíticas de partida.

El mundo cambia, la acción humana lo transforma y es transformada en el proceso y por ello no podemos temer la incorporación de nuevos elementos de análisis ni tampoco nuevos instrumentos. Esto puede hacerse, debe hacerse, pero a costa de la estricta observancia de los mismos trámites racionales que son la estructura del sistema, de lo contrario se imposibilita todo análisis y toda modificación ulterior. 

Cuando se obvian estas precauciones se llega a juzgar la tradición como una moda y a ejecutar un análisis del presente fútil y frívolo; a una perspectiva, en fin, dogmática en sus principios porque los coloca beatamente al margen de la crítica. La integración en nuestro discurso de las nuevas racionalidades del presente (los ecologismos, los feminismos), por ejemplo, no puede hacerse aceptando sin más sus presupuestos porque son contradictorios entre sí y pretender lo contrario no denota sino el tacticismo más vulgar que ni las mejores campañas de publicidad enjuagan.

En Inguanzo reivindicamos por tanto, lejos de revisiones románticas y sentimentales tan insuficientes, al marxista consecuente y antidogmático. Si no nos equivocamos, él hizo lo que tenía que hacer en cada momento, fue consciente de lo que era necesario y lo llevó a término de la mejor manera posible y no como un héroe nietzscheano sino como un miembro del partido, un funcionario brillante de la colectividad. Con otras palabras lo explicaba en el acto público de su nombramiento como Presidente de Honor de la Fundación otro gran materialista, José María Laso: "lo fundamental en nuestra época no es tanto la colisión entre unos u otros imperialismos que se da constantemente sino la contribución de cada uno a la lucha de ideas que es la que ilumina este tipo de procesos". Esta fundación renueva hoy su pretensión de ser el receptáculo de estas contribuciones para mejor fundirlas en el crisol del materialismo marxista y ponerlas al servicio de toda la sociedad. 

En consecuencia, la Fundación Horacio Fernández Inguanzo retoma su voluntad de polémica serena, consciente de que su labor incluye, no sólo absorber conocimientos para ofrecer estrategias o programas, sino también discutir con quienes nos contradicen, luchar para reinterpretarlos desde nuestras categorías y convencerlos de que nuestra causa, continuamente actualizada en el ejercicio de las armas de la crítica, es la justa. Así, creemos que la razón no se tiene, se obtiene. Tras diez años de andadura, reivindicando nuestro patrimonio histórico e intelectual más allá de su utilidad retórica y propagandística, tomamos aire para encarar el futuro que se abre ante nosotros, que, en el día a día, contribuiremos a abrir pese a quien pese.

Un homenaje necesario


Asumido todo lo anterior pareció a la dirección de la Fundación Horacio Fernández Inguanzo que la reconocida trayectoria de José María Laso Prieto y su incansable labor constituían la materialización personal de nuestras propuestas y de nuestra historia. Por ello decidimos nombrarlo presidente de honor de la institución y hacerlo público como un homenaje a su vida y a su obra viva y en continua renovación y propuesta. El acto tuvo lugar en el Auditorio Príncipe Felipe de la ciudad de Oviedo el pasado miércoles 13 de febrero y contó con una nutrida presencia de militantes de diversas localidades, amistades y personalidades. Hubo quien no pudiendo asistir envió su apoyo o su felicitación por otros medios, así lo hicieron referentes de la vida cultural y política asturiana y foránea. También instituciones como la revista Dialéctica de México, la OSPAAL, la Sociedad Asturiana de Filosofía, de Ministerio de Ciencia y Tecnología de Cuba, la Fundación Gustavo Bueno, la Fundación de Investigaciones Marxistas o Tribuna Ciudadana, entre otras, quisieron dejar constancia de que la Fundación Horacio Fernández Inguanzo merece al menos la oportunidad de demostrar de nuevo que hay un futuro para el materialismo marxista.

Carlos González Penalva / Uriel Bonilla